La migración forzada es uno de los actos que relizan las familias mas difíciles, pues dejan atraz parte de su vida, de su historia, de sus propiedades, de sus seres queridos, pero para los niños es un shock.
Los niños migrantes son víctimas inocentes que padecen de una manera diferente la migración, pues no comprenden a cabalidad las causas y los efectos de tantos viajes y movimientos familiares, no se explican el porque dejan su casa y sus familiares.
A pesar de que la mayoría lo toma como juego o una aventura, notan la tristeza y preocupación de sus padres y se van creando conflictos internos que tarde o temprano afloran causando niños introvertidos, callados, temerosos y con una gran dificultad para socializar, pues la mayoría ha sufrido de persecución y maltrato y desconfían de todo y de todos.
Este Día del Niño, Oremos por todos los niños migrantes, para que encuentren junto a sus padres la Tierra Prometida, para que no les sea difícil su incorporación a sus actividades normales, para que disfruten de su niñez y para que se sientan amados a pesar de las dificultades que enfrenten.
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